Septeto de Leganés (Madrid) que formaban Alfredo (guitarra), Iván (batería), Jesús (percusión), Mónica (voz), Roberto (trompa), Sofía (cello) y Tomás (bajo), y que en 1999 nos ilusionaron y ensimismaron a todos con sus preciosas canciones, con su música, en apariencia triste, pero decididamente serena y melancólica.

Como en algunos cuentos, su historia en Jabalina comenzó y acabó del mismo modo, con un malentendido. Cuando algo que no has visto nunca te suena tan familiar que no encuentras palabras para describirlo, es fácil caer en el error, y nosotros fuimos los primeros, de comparar con lo que teníamos más a mano, algo que por su similitud nos impactó tanto como las canciones de Belle & Sebastian. Por este motivo, cuando tuvimos en nuestras manos el, a la postre, único disco de The Umbrella-Hating Generation, recurrimos al corazón para transmitir con mayor fidelidad los sentimientos que se multiplicaban dentro de nosotros. Por suerte, con discos como este pocas palabras bastan. Cinco canciones, que creímos suficientes para demostrar la personalidad del grupo, pero que solo nos entreabrieron su particular mundo interior, aquel en el que desarrollaban su actividad musical y en el que la resplandeciente voz de Mónica nos acompañaba permanentemente, guiándonos a través del entramado multi-instrumental que sus compañeros se encargaban de tejer. Sin embargo, mezclar la frescura y la inmediatez del pop semiacústico, con el clasicismo orquestal que desplegaban en cada una de sus composiciones, trajo encantadoras y contradictorias consecuencias. Mientras suenan "B-E", "Do you (commit) suicide" o "Untitled" será fácil que volvamos a ver pasar un ángel, que nos quedemos callados y tengamos que buscar dentro de nosotros las diferentes sensaciones que sus melodías desprenden. Melancolía, belleza, amargura... como la de "Naphthaline", un tema de corte bucólico, tranquilo y pausado, pero tan reconfortante y cálido que será una auténtica delicia secarnos el rostro con él después de la tormenta, que de repente anuncia, el sorpresivo redoble con el que se inicia "Special guest tonight". La canción que nos devolverá de un brinco al mundo de lo real, después de nuestro pequeño paseo interior. Una experiencia que se repetiría hasta el final de nuestra relación con el grupo.

Este fue "The umbrella-hating generation", un disco que, junto a sus anteriores maquetas y "Bitterness" (canción incluida en el recopilatorio "Mascotas"), fue su única obra publicada hasta su desaparición. Un trabajo en el que, más que disfrutar de sensaciones nuevas, podréis encontrar un buen montón de impulsos que os harán recordar experiencias ya vividas con anterioridad y que han dejado poso en vuestro interior. Como el de un sueño extraño, que tal como vino se fue, con un malentendido.